La actual Ladrillera Prisma S.A. es el resultado de la experiencia de más de cuarenta años de dedicación a la industria de explotación de la arcilla y su transformación en productos muy apreciados desde hace muchos siglos en la cambiante industria de la construcción.

La empresa que dio origen a Ladrillera Prisma tuvo sus inicios en el año 1963, en el cual empezó con los métodos más rudimentarios: molino de tracción animal, corte manual en gaveras de madera y cocción en hornos dormidos, con uso de carbón mineral. Paulatinamente se fueron adoptando los adelantos tecnológicos, dentro de las posibilidades económicas de empresarios enamorados de la “industria del barro”. En 1974, ya con planta de producción dotada de maquinaria italiana moderna para la época y produciendo bloque, se decidió constituir una Sociedad que se llamó LADRILLERA ZIGURAT LTDA. Continuamente se realizaron mejoras en las líneas de producción, adoptando las tecnologías que iban surgiendo y se estructuró la parte administrativa, acorde con procesos modernos vigentes, como el empleo de los computadores.

Simultáneamente al funcionamiento de Ladrillera Zigurat Ltda., hoy sociedad anónima, en 1990 la sociedad que hoy es Ladrillera Prisma S.A., compró una pequeña fábrica de ladrillo y cambió sus viejos montajes por eficientes maquinarias producidas en Estados Unidos, instaladas en cómodas bodegas diseñadas según las necesidades de una moderna industria.

Siguiendo la actual tendencia empresarial de simplificar procesos mediante la asociación de compañías con similares objetos sociales, Ladrillera Prisma S.A. se responsabilizó de la gestión total de Ladrillera Zigurat S.A., formando una sólida organización que aúna la tradicional experiencia con el empleo de tecnología de avanzada.

En la actualidad, LADRILLERA PRISMA S. A., como unión logística de las dos compañías, dispone de producción de bloque de diferentes especificaciones y el ladrillo conocido en el mercado como “Pecoso”, además de una gama de productos que satisfacen las exigencias de los constructores para lograr obras duraderas, funcionales y de acabados exclusivos.

Paralelamente con los avances tecnológicos en producción, las dos ladrilleras han sido estrictas cumplidoras de las normas que regulan el sector en aspectos laborales, ambientales, mineros, fiscales y, desde su inicio, se han distinguido por su labor social en beneficio de la comunidad.